viernes, 8 de mayo de 2015

Carta a la madre Samuel

                                                                                                     Tlalpan D.F a 7 de mayo del 2015
Madre:
Espero que te encuentres muy bien.

Madre mía, mujer virtuosa, admirable mujer e inalcanzable soñadora. Sólo nos queda decir y hablo por todos que estamos enormemente agradecidos por tu labor como madre, esposa, hermana, compañera y amiga. Tú que te ciñes de fuerza cada día y esfuerzas tus brazos para que tus hijos no les falten nada y a pesar del cansancio que se aferra a tu cuerpo sigues adelante, tendrán motivos muy poderosos para seguir adelante día tras día y noche tras noche. Te deleitas en el bienestar de tus amados y muy pocas veces buscas tu propio afán, por eso eres bienaventurada permaneces fiel a la palabra de Dios, no te has apartado ni a diestra ni a siniestra sigues recta a sus caminos y a su ley. Mujer virtuosa ¿Quién la hallará? Porque tu estima sobre pasa a las piedras preciosas por cuanto no has puesto tus pensamientos en riquezas si no riquezas en tus pensamientos porque engañosa es la gracia y vana la hermosura.
Madre; mi consejera y doctora del alma, pues de tu boca maná palabras sabias jamás antes escuchadas. Gracias por tus correcciones que me han hecho un hombre más fuerte  y a pesar de las circunstancias si se puede, perdóname si te he llegado a decepcionar, lo lamento no era mi intención. Gracias por forjar mi carácter y siempre instruyéndome en el camino de Dios  ha seguir en sus estatutos y a guardar mi corazón del pecado.
Por último me queda expresar mi eterna admiración y agradecimiento por tantas cosas que das y a veces por tan poco que recibes, sigue adelante encomienda a Jehová tus días y él te los aumentara. “La mujer que tema a Jehová esa será alabada.”


Que Dios te bendiga y te guarde.






                                                                                                     Atte. Tu hijo Mondragón Vargas Samuel 

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